martes, 5 de mayo de 2009

EL GENUINO ARTISTA EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO

     Dedicado con todo mi carino a Ricardo

     Los conquistadores del méxico prehispánico nos dejaron un somero testimonio de las habilidades artísticas que poseyeron los antiguos mexicanos. Aunque mucho de su obra fue destruida, yace en el extranjero, ha sido robada, pero sobretodo es desconocida e ignorada me permito ejemplicar algunas de  las cualidades  que caracterizaron su creación artística. Al tratarse de sus oficios, sólo era excelente aquel que "Hacía mentir a las cosas" y talentoso, sólo quien tuviera "Un corazón firme"

    Desde que Hernán Cortés envío a Carlos V varios de los objetos que Moctezuma Xocoyotzin le regaló, puede decirse que el resto del mundo empezó a tener conocimiento de la cultura y civilizacíon que existía en América. Como bien cita Miguel León Portilla en su libro Los Antiguos Mexicanos, en el siglo XVI Europa se pasmó y se admiró, tanto que el célebre Albrecth Dürer (Durero) se expreso así:

"Ví allí - en Bruselas - las cosas que trajeron al rey desde la nueva tierra del oro: un Sol todo de oro de una braza de ancho, igualmente una Luna toda de plata, también así de grande, asimismo dos así como gabinetes con adornos semejantes, al igual que toda clase de armas que allá se usan, arneses, cerbatanas, armas maravillosos, vestidos extraños, cubiertas de cama y toda clase de cosas maravillosas hehas para el uso de la gente. Y eran tn hermosas que sería maravilla ver algo mejor. Estas cosas han sido estimadas en mucho, ya que se calcula su valor en 100,000 florines. Y nada he visto a todo lo largo de mi vida que haya alegrado tanto a mi corazón como estas cosas. En ellas he encontrado objetos maravillosamente artísticos y me he admirado  de los sutiles ingenios de los hombres de esas tierras extrañas"*

Otro europeo resumería su impresión al expresar que: "Entre todas las alabanzas que en estas artes ha merecido el ingenio humano, merecerán ellos llevarse la palma. No admiro ciertamente el oro y sus piedras preciosas, lo que me espama es su industria y su arte  con que aventajan la materia".

TLAHCUILO (Pintor)

La tinta negra y roja, artista, creador de cosas con el agua negra.
Diseña las cosas con el carbón, las dibuja, prepara el color negro, lo muele, lo aplica.

El buen pintor: entendido, Dios en su corazón,
diviniza con su corazón a las cosas,
dialoga con su propio corazón.
Conoce los colores, los aplica, sombrea;
dibuja los pies, las caras,
traza las sombras, logra un perfecto acabado.
Todos los colores aplica a las cosas,
como si fuera un tolteca,
pinta los colores de todas las flores.

El mal pintor: corazón amortajado,
indignación de la gente, provoca fastidio,
engañador , siempre anda engañando.
No muestra el rostro de las cosas,
da muerte a sus colores,
mete a las cosas en la noche.
Pinta las cosas en vano,
sus creaciones son torpes, las hace al azar,
desfigura el rostro de las cosas.

Zuquichiuhqui (Alfarero)

El que da un ser al barro: de mirada aguda, moldea, amasa el barro.

El buen alfarero: pone esmero en las cosas,
enseña al barro a mentir,
dialoga con su propio corazón,
hace vivir a las cosas, las crea,
todo lo conoce como si fuera un tolteca,
hace hábiles sus manos.

El mal alfarero: torpe, cojo con su arte,
mortecino.

Teucuitlapitzqui (Orfebre)

Experimentado, que conoce el rostro de las cosas,
creador de cosas como los toltecas.

El buen orfebre: de mano experimentada, de mirada certera
prueba bien los metales, los pule.
Guarda sus secretos, martillea los metales,
los funde, los derrite, los hace arden con carbón,
da forma al metal fundido, le aplica arena.

El mar orfebre: mete todo en las cenizas, lo revuelve con ellas,
oprime las figuras, es ladrón,
tuerce lo que le enseñaron,
obra torpemente, deja mezclar el oro con las cenizas, 
lo revuelve con ellas.

Cuicapicqui (Poeta)

De allá vengo, del interior de Tula,
ya puedo entonar el canto,
han estallado, se han abierto las palabras y las flores.
Oigan con atención mi canto:
ladrón de cantares, corazón mío,
¿dónde los hallarás?
Eres un menesteroso.
Como de una pintura, toma bien lo negro y lo rojo
y así tal vez dejes de ser indigente.

Cuicani (Cantor)

Alza la voz, de sonido claro y bueno, 
da de sí sonido bajo y tiple.

El buen cantor: compone cantos, los crea, los forja, los engarza.
De voz educada, recta, limpia es su voz,
sus palabras firmes como redondas coluumnas de piedra.
Agudo de ingenio, todo lo guarda en su corazón. 
De todo se acuerda, nada se le olvida.

Canta, emite voces, sonidos claros,
como redondas columnas de piedra,
sube y baja su voz. 
Canta sereno, tranquiliza a la gente.

El mal cantor: suena como campana rota,
ayuno y seco como una piedra,
su corazón esta muerto,
esta comido por las hormigas,
nada sabe su corazón.


Tlamatinime (Sabio)

Una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma.
Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados.
Suya es la tinta negra y roja, 
de él son los códices.

Él mismo es escritura y sabiduría.
Es camino, guía veraz para otros.
Conduce a las personas y a las cosas.
Es guía en los negocios humanos.

El sabio verdadero es cuidadoso y guarda la tradición.
Suya es la sabiduría transmitida, 
él es quien la enseña, 
sigue la verdad,  no deja de amonestar.

Hace sabios los rostros ajenos,
hace a los otros tomar una cara,
los hace desarrollarla.
Les abre los oídos, los ilumina.
Es maestro de guías, 
les da su camino,
de él uno depende.

Pone un espejo delante de los otros, 
los hace cuerdos, cuidadosos;
hace que en ellos aparezca una cara.

Se fija en las cosas,
regula su camino,
dispone y ordena.
Aplica su luz sobre el mundo.
Conoce lo que esta sobre nosotros
y la región de los muertos.

Es hombre serio.
Cualquiera es confortado por él,
es corregido es enseñado.
Gracias a él la gente humaniza su querer
y recibe una estricta enseñanza.

Conforta el corazón,
conforta a la gente,
ayuda, remedia,
a todos cura.

León-Portilla, Miguel, Los antiguos Mexicanos, 14º reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica, 1999.

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