
MAFALDA
Donde lo bello y lo sublime de la creación humana, contribuye al mejoramineto humano.



Estimados amigos:
No hace tiempo recibí de una amiga un correo del cual era inevitable pasar por alto... En el mensaje venía anexo una "carta" de lo más ridicula y absurda que, al momento de leerla, me provocó un ataque de risa y al mismo tiempo me hizo pensar al respecto de su "peculiar" forma de expresión... Pesé al lado cómico de su contenido, sin embargo, es parte de una de "esas" realidades que día con día se vive México... Me recordó ha ese tipo de correspendencias que la nobleza y la burguesía se intercanviaban con esos "fines políticos" rastreros para su propia conveniencia: ese lenguaje y ese estilo descarado, frivolo y nauseabundo que mira con desprecio a la gente trabajadora y al estudiantado humilde... No escatimeré en dar datalles al respecto, pues la "carta" habla por sí misma...
Por otro lado pesé a que se trata de un "gran chiste", debe preocupar al ciudadano y en especial a los estudiantes y maestros, pues los implicados en esta "perversa" ideología politica están convencidos de su convicción... No olvidemos que en "política" uno puede esperar un gobierno de "mandriles" -y pido perdón por los primates-, lo cual no sería extraño que por nuestra falta de participación politica, aquello se vuelva una realidad. Nuestra amiga tiene razón al preocuparse por éste "atentado" ideológico que sufre la UNAM... Yo realmente no puedo imaginarme un pais al modo de "ellos", es decir "cristianocapitalista"... Porque por un lado "alaban" los negocios y las ganacias, pero por otro lado "castran" aquello que considerán "aberrante"... algo así como un "santo oficio" que controla lo que considera bien o mal... En este caso en concreto: convertir a la UNAM en un jugoso negocio educativo pero ante todo, según su sueño guajiro, hacer de ella una institución de prestigio, es decir, "cristiana"... La carta no nos puede engañar que ésta es la dirección que el PAN y sus implicados quieren seguir... su afán de mirar el pasado de su "estirpe" que fue "realista" en la época colonial o "conservador" en la época decimonónica, no es otra cosa que una "necedad" pretenciosa en una época que exige superar los obstaculos que se tornan en decadencia...
Ahora dejo a ustedes, mis amigos, la susodicha carta la cual he llamado: "La carta de la Desvergüenza" o "La estupidez política"... y deduscan sus propias conclusiones:

"SOBRE LAS OLAS... del destino"
Como usds. sabrán esta obra es muy mentada por todos, pero al mismo tiempo es una obra "poco" comprendida... De esta obra existen algunas versiones interesantes: como el de Cuarteto Latinoamericano y al cual se le añadió un salterio, un contrabajo y un piano... en versión orquestal sin duda el mejor arreglo es el realizado por Calendario Huizar, pues el arreglo de Manuel Enriquez obedece a una época "vanguardista"- donde la instrumentación goza de ser un tanto "exótica"-. En este punto es donde uno se pregunta ¿qué tanto valora el mexicano el arte musical de su pais? pues siendo una obra tan "conocida", no se le hace justicia en lo que respecta a su difusión -y no solo habló de esta obra, sino en general de toda su obra-. Tanto la interpretación, como los arreglos, en ambos casos, dejan mucho que desear y en muchas ocasiones "debilitan" a la obra misma... Tal es el caso del arreglo de M. Enriquez, un arreglo que tiende a "debilitarse" a causa de una "frivola" o "sobria" interpretación de los ejecutantes. De éste arreglo la mejor versión interpretativa es la realizada por la Orquesta Sinfónica del IPN, bajo la batuta de Salvador Carballeda. Por lo contrario la versión que brinda Fernado Lozano de este mismo arreglo, es por completo "pésimo" (México a través de su música, Vol. 2).
Sin embargo estas carencias, por no decir decadencias, se deben a causa de la poca "comprensión" de la obra... He aquí el punto: esta obra nacida en la octava década (1888) del siglo XIX surge a partir de la inspiración producida entre lo rural y lo semi-urbano de la capital mexicana; un ambiente del cual muchos tildarían de "romántico", pero que de ninguna manera es así. La "confundida" situación mexicana que veía con esperanza al "porfiríato" los senderos del progreso y la estabilidad, influyo, en cierta manera, a la creatividad artística de muchos autores (literatura, pintura, música, etc) generando "ideales" que el tiempo iría desvaneciendo. Juventino Rosas era, crudamente verdadero, un músico "ambulante" con talento para la composición. Perteneció a un "conjunto" instrumental "informal" de no mas de seis integrantes que tocaban en tertulias de barriada y zonas rurales... bajo esta situación, de carencia y de supervivencia, pero de amor a la música, nació "Sobre las Olas". De la partitura original, de puño y letra del autor, no se sabe cuanto ha sobrevivido para constatar su valor histórico; sin embargo, es notable observar como una obra, aún en las pésimas condiciones, alcanzó la popularidad y trascendencia en el mundo "civilizado" -como dirán algunos- de occidente. La sencillez y al mismo tiempo la firmeza con la cual fue compuesta demuestra, en cierto sentido, una evolución del "vals" mismo: pues dista de ser una obra al estilo vienés tanto en estructura como en temática; es honestamente una composición producto de la espontániedad y al mismo tiempo de coherencia.
Es verdad que hay muchos valses "famosos" como los de J. Strauss, E. Wadteufel, y otros tantos; pero lo que trae consigo de especial esta obra es la "localidad" que tiene hacia nostros como un pueblo tristemente "confundido". Este vals no habla en su sonido de reyes, princesas, amor o alegria, sino de un sendero, un horizonte, como el mar y sobre las olas, donde se vea nacer el sol... y no hablo de la "esperanza", sino de la realización del hombre en el futuro. ¿Exageración? Es posible, pero desde un punto de vista profundo y que deviene en nuestro tiempo es una "necesidad" propicia para el hombre.
Para que comprendan mejor esta "convicción" dejo a su disposición un video en el que el Grupo Santiago, México Queretaro (2008), interpreta deliciosamente una versión para violín, Violoncello, Bajo sexto o guitarron, y dos guitarras... que en cierto sentido se aproxima a una interpretación de la época.