domingo, 1 de febrero de 2009






"SOBRE LAS OLAS... del destino"



Como usds. sabrán esta obra es muy mentada por todos, pero al mismo tiempo es una obra "poco" comprendida... De esta obra existen algunas versiones interesantes: como el de Cuarteto Latinoamericano y al cual se le añadió un salterio, un contrabajo y un piano... en versión orquestal sin duda el mejor arreglo es el realizado por Calendario Huizar, pues el arreglo de Manuel Enriquez obedece a una época "vanguardista"- donde la instrumentación goza de ser un tanto "exótica"-. En este punto es donde uno se pregunta ¿qué tanto valora el mexicano el arte musical de su pais? pues siendo una obra tan "conocida", no se le hace justicia en lo que respecta a su difusión -y no solo habló de esta obra, sino en general de toda su obra-. Tanto la interpretación, como los arreglos, en ambos casos, dejan mucho que desear y en muchas ocasiones "debilitan" a la obra misma... Tal es el caso del arreglo de M. Enriquez, un arreglo que tiende a "debilitarse" a causa de una "frivola" o "sobria" interpretación de los ejecutantes. De éste arreglo la mejor versión interpretativa es la realizada por la Orquesta Sinfónica del IPN, bajo la batuta de Salvador Carballeda. Por lo contrario la versión que brinda Fernado Lozano de este mismo arreglo, es por completo "pésimo" (México a través de su música, Vol. 2).


Sin embargo estas carencias, por no decir decadencias, se deben a causa de la poca "comprensión" de la obra... He aquí el punto: esta obra nacida en la octava década (1888) del siglo XIX surge a partir de la inspiración producida entre lo rural y lo semi-urbano de la capital mexicana; un ambiente del cual muchos tildarían de "romántico", pero que de ninguna manera es así. La "confundida" situación mexicana que veía con esperanza al "porfiríato" los senderos del progreso y la estabilidad, influyo, en cierta manera, a la creatividad artística de muchos autores (literatura, pintura, música, etc) generando "ideales" que el tiempo iría desvaneciendo. Juventino Rosas era, crudamente verdadero, un músico "ambulante" con talento para la composición. Perteneció a un "conjunto" instrumental "informal" de no mas de seis integrantes que tocaban en tertulias de barriada y zonas rurales... bajo esta situación, de carencia y de supervivencia, pero de amor a la música, nació "Sobre las Olas". De la partitura original, de puño y letra del autor, no se sabe cuanto ha sobrevivido para constatar su valor histórico; sin embargo, es notable observar como una obra, aún en las pésimas condiciones, alcanzó la popularidad y trascendencia en el mundo "civilizado" -como dirán algunos- de occidente. La sencillez y al mismo tiempo la firmeza con la cual fue compuesta demuestra, en cierto sentido, una evolución del "vals" mismo: pues dista de ser una obra al estilo vienés tanto en estructura como en temática; es honestamente una composición producto de la espontániedad y al mismo tiempo de coherencia.

Es verdad que hay muchos valses "famosos" como los de J. Strauss, E. Wadteufel, y otros tantos; pero lo que trae consigo de especial esta obra es la "localidad" que tiene hacia nostros como un pueblo tristemente "confundido". Este vals no habla en su sonido de reyes, princesas, amor o alegria, sino de un sendero, un horizonte, como el mar y sobre las olas, donde se vea nacer el sol... y no hablo de la "esperanza", sino de la realización del hombre en el futuro. ¿Exageración? Es posible, pero desde un punto de vista profundo y que deviene en nuestro tiempo es una "necesidad" propicia para el hombre.

Para que comprendan mejor esta "convicción" dejo a su disposición un video en el que el Grupo Santiago, México Queretaro (2008), interpreta deliciosamente una versión para violín, Violoncello, Bajo sexto o guitarron, y dos guitarras... que en cierto sentido se aproxima a una interpretación de la época.

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